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Los nacidos por cesárea responden peor a algunas vacunas

Un estudio constata que la forma en la que nacemos está asociada a la manera en que el sistema inmunológico responderá a dos vacunas infantiles clave, tuberculosis y meningitis

Parto por cesárea FLICKR

R. I.

Madrid

¿Cesárea o parto natural? Un estudio publicado en «Nature Communications» presenta una nueva evidencia a favor del parto vaginal. Los niños nacidos mediante parto natural responden mejor a la vacunación frente a bacterias como la tuberculosis o meningitis que aquellos nacidos mediante cesárea.

El estudio constata que la forma en la que nacemos está asociada a la manera en que el sistema inmunológico responderá a dos vacunas infantiles clave, tuberculosis y meningitis.

Realizada en Escocia y Países Bajos, la investigación muestra que los bebés nacidos naturalmente tenían niveles más elevados de anticuerpos, en comparación con los nacidos por cesárea después de recibir las vacunas que protegen contra las bacterias que causan infecciones pulmonares y meningitis.

Los investigadores de la Universidad de Edimburgo, el Hospital Spaarne y el Centro Médico Universitario de Utrecht y el Instituto Nacional de Salud Pública y Medio Ambiente de los Países Bajos estudiaron la relación entre los microbios intestinales y los niveles de anticuerpos después de la vacunación en una cohorte de 120 bebés, que fueron vacunados a las 8 y 12 semanas contra infecciones pulmonares y meningitis.

El equipo analizó el desarrollo del microbioma intestinal, la comunidad de microbios que vive en nuestro cuerpo, en el primer año de vida del niño y su respuesta inmune a las vacunas analizando muestras de saliva a los 12 y 18 meses.

En los 101 bebés analizados en busca de anticuerpos como resultado de la vacuna que protege contra las infecciones pulmonares, encontraron el doble de niveles de anticuerpos en los bebés nacidos naturalmente en comparación con los nacidos por cesárea.

Además, vieron que la lactancia materna se vinculó con niveles de anticuerpos 3,5 veces más altos en comparación con los niños alimentados con leche de fórmula que habían tenido un parto natural.

Se probaron los niveles de anticuerpos como resultado de la vacuna que protege contra la meningitis en 66 bebés. Los expertos encontraron que los niveles de anticuerpos eran 1,7 veces más altos para los bebés nacidos de forma natural, independientemente de la lactancia, en comparación con los nacidos por cesárea.

El microbioma intestinal se siembra al nacer, se desarrolla rápidamente durante los primeros meses de vida y está influenciado principalmente por el modo de parto, la lactancia y el uso de antibióticos.

El equipo también encontró una relación clara entre los microbios en el intestino de esos bebés y los niveles de anticuerpos.

Por ejemplo, entre una gran cantidad de bacterias en el intestino, los altos niveles de dos en particular, Bifidobacterium y E. Coli, se asociaron con una alta respuesta de anticuerpos a la vacuna que protege contra las infecciones pulmonares.

Los altos niveles de E. Coli también se relacionaron con una alta respuesta de anticuerpos a la vacuna que protege contra la meningitis.

El microbioma de los bebés en los primeros años de vida contribuye a la respuesta del sistema inmunitario a las vacunas

El bebé adquiere las bacterias Bifidobacterium y E.coli a través del nacimiento natural y se necesita leche humana para proporcionar los azúcares para que estas bacterias prosperen.

El equipo concluye que el microbioma de los bebés en los primeros años de vida contribuye a la respuesta del sistema inmunitario a las vacunas y establece el nivel de protección contra ciertas infecciones en la infancia.

Los expertos sugieren que, en el futuro, los calendarios de vacunación podrían ajustarse según el modo de parto o un análisis del microbioma del bebé.

«Esperábamos encontrar un vínculo entre el microbioma intestinal y las respuestas a las vacunas de los bebés, sin embargo, nunca pensamos encontrar los efectos más fuertes en las primeras semanas de vida», señala Emma de Koff, primera autora e investigadora del Centro Médico de la Universidad de Ámsterdam

Debby Bogaert, líder del estudio y presidenta de Medicina Pediátrica de la Universidad de Edimburgo, reconoce que «es especialmente interesante que identifiquemos los microbios beneficiosos que pueden ser el vínculo entre el modo de administración y las respuestas a las vacunas. En el futuro, es posible que podamos complementar esas bacterias a los niños nacidos por cesárea poco después del nacimiento mediante, por ejemplo, 'trasplantes fecales' de madre a bebé o el uso de probióticos diseñados específicamente».

Es posible que se pueda complementar esas bacterias a los nacidos por cesárea mediante 'trasplantes fecales' o probióticos

Para Patricia Pérez Matute, del Departamento de Enfermedades Infecciosas del CIBIR-Hospital Universitario San Pedro, las implicaciones, en caso de corroborarse en cohortes mayores y con análisis inmunológicos más completos, «serían que podría llevarse a cabo un tratamiento con algo tan sencillo como podrían ser probióticos (a base de Bifidobacterium o microorganismos beneficiosos), metabolitos microbianos (como ácidos grasos de cadena corta producidos por bacterias con acción antiinflamatoria) o de trasplantes fecales de la madre en aquellos niños que nacen por cesárea para potenciar su respuesta inmune a las futuras vacunas infantiles (en este caso del meningococo y pneumococo) y, con ello, lograr un sistema inmunitario más fortalecido».

Ahora bien, advierte en declaraciones a SMC, «desde mi punto de vista hay varias limitaciones en este trabajo que hacen que sea difícil extrapolar sus conclusiones a la práctica clínica».

Para empezar, señala, «el número de bebés incluidos no es muy grande». Además, el análisis de la microbiota se ha llevado a cabo únicamente en 10 individuos nacidos mediante parto vaginal y otros 10 con cesárea. Aunque se recogen muestras en diferentes puntos temporales (lo cual es una fortaleza del estudio), «un tamaño tan pequeño hace difícil sacar conclusiones extrapolables a otras poblaciones».

Asimismo, añade, existe cierta variabilidad en el momento de la recogida de las muestras.

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